El arte de la espacialidad

La palabra espacio es en sí la apertura de un sitio, lo espacioso se refiere a lo libre, lo abierto, pero no lo podemos percibir si no está delimitado, es decir, se concreta y visualiza cuando deja de ser sí mismo. 
Fundación Serralves, Álvaro Siza
En este “espaciar” se manifiesta un lugar, se produce el encuentro y se encierra un acontecer. Por lo que el espacio como arte es la materialización de un lugar, permitiendo la presencia de lo invisible como obra. El espacio, al tener una obra invisible, se interpreta como vacío. Pero no es así, ya que no hay una carencia. Tiene un cuerpo: su propia delimitación. 
Lo que se diseña es la materia para crear el vacío que es el arte, ese mismo vacío que entendemos como espacio arquitectónico. 
Goethe fue sabio al decir que no siempre es necesario que lo verdadero se materialice, es suficiente si se percibe la esencia del espíritu y se produce armonía. “Sólo queda como constructor de la realidad el artista”, dijo, por su parte, Nietzche. Las primeras manifestaciones sobre el contraste de lo lleno y lo vacío las encontramos en los filósofos griegos. Platón concibió el espacio como el receptáculo de todo lo que existe. En cambio, Aristóteles lo pensó como el lugar en que se ubican los objetos. Siglos después, Heidegger propone la búsqueda del ser abstracto de cada objeto. Contrario a Platón, el espacio no está siempre presente, sino que es construido por el sujeto, es decir, el artista. No existe el espacio hasta que aparece la escultura. La materialización del vacío forma lugares. El espacio en el arte es algo difícil de entender, ya que siempre nos limitamos a ver la masa, la escultura. 
El espacio como tal no se puede describir sino que debe ser experimentado para lograr su condición de espacio artístico. El acercamiento a una obra, el recorrido y su fin crean distintas percepciones. En la arquitectura, la modernidad busca un espacio continuo, vacío, abstracto y perfecto. Pero el espacio en sí apunta más hacia lo perceptual que a lo intelectual. Hoy se olvida que el espacio arquitectónico es lo importante y las obras pasan a ser escenarios, pierden profundidad y dinamismo quedando en un lugar superficial.
Antes sólo la arquitectura se encargaba de trabajar el espacio. Hoy todas las artes, en mayor o menor medida, también se involucran con esa condición de la arquitectura: representar el espacio arquitectónico.

Fuentes: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1010-29142010000100008 
http://www.andreuarquitectos.cl/pdf/El-arte-de-la-espacialidad.pdf

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